"Había una vez un grupo de hombrecillos que buscaban una tierra fértil para plantar bandera. Hallaron al gigante dormido en su camastro, soñando con poderes mágicos, con tierras lejanas, con amores imposibles. Aprovechando la situación, los hombrecillos lo ataron utilizando una soga y una vez inmobilizado, plantaron bandera... y se fueron".